La historia de Milton Snavely Hershey, el creador de los chocolates de leche “Kisses”, es sin duda, un ejemplo del espíritu emprendedor. Hershey nació el 13 de septiembre de 1857 en Derry Township, Pennsylvania.
Desde muy joven, específicamente a sus 14 años, descubrió su pasión por la fabricación de dulces trabajando como aprendiz de confitería para Joseph Royer hasta la edad de 20 años.
Después de todo el conocimiento que adquirió durante 4 años decidió que estaba listo para iniciar su propio negocio en Philadelphia. Sin embargo, su primer emprendimiento no tuvo el éxito que esperaba y, desafortunadamente, el siguiente tampoco lo consiguió.
En 1883, regresó a Pensilvania y empezó a fabricar caramelos que vendía él mismo en una canasta por las calles de la ciudad de Lancaster. Sorprendentemente, le fue muy bien como para comprar una carretilla que le permitía trasladarse de manera más eficiente.
El éxito fue tanto que pronto necesitó más ayuda, por lo que su madre y su tía Mattie no dudaron en colaborar, mientras ellas envolvían los dulces, Hershey cocinaba, enfriaba y cortaba.
Milton aspiraba a fabricar sus caramelos especiales a gran escala, pero para lograrlo requería de 700 dólares destinados a comprar una gran olla de cobre para hervir y otros equipos. Al principio los banqueros de la ciudad se lo negaron. Pero entonces el Banco Nacional del Condado de Lancaster le concedió un préstamo a noventa días.
Después de experimentar un poco, Milton resolvió un pequeño problema que le molestaba a la mayoría de las personas que compraban caramelos normales: con frecuencia eran demasiado pegajosos y difíciles de masticar. Su solución fue aumentar la cantidad de leche y el contenido de grasa, lo que dio como resultado un caramelo que no se pegaba a los dientes, estos contaban con un sabor suave, dulce y mantecoso gracias a la grasa adicional.
Los noventa días estaban por cumplirse, lo que significaba que su préstamo estaba por vencerse. Para suerte de M.S. un importador británico de paso por Lancaster probó los caramelos y se dio cuenta de que se conservaban frescos durante semanas, incluso, suponía que meses.
Por lo tanto, optó por solicitar una gran cantidad de cargamento y se comprometió a pagar si los caramelos llegaban a Londres en condiciones adecuadas. Regresa a casa con la promesa de que haría pedidos más grandes una vez que este acuerdo funcionara sin problemas.
Hershey, por otro lado, emprendió su camino al banco con el contrato para extender su tiempo para devolver los 700 dólares y pedir 1,000 dólares más, destinados para hacer el gran pedido.
A días de la fecha para realizar el pagaré, Milton Hershey recibió un sobre de Londres. Dentro había un cheque de 500 libras del Banco de Inglaterra que cubría toda su deuda.
Las ventas en el extranjero aumentaron de forma constante, lo que le proporcionó una base segura para su negocio. El crecimiento durante los siguientes años hizo que el número de trabajadores de la fábrica de Hershey superara los 700.
Fue en 1886 que Hershey bautizó su empresa con el nombre de Lancaster Caramel Company que posteriormente se transformó en The Hershey Company, misma que hoy en día ofrece una enorme variedad de productos, incluyendo chocolates, dulces, galletas y bebidas.
La historia de Hershey’s es un legado del éxito empresarial, la dedicación y perseverancia. Sin duda, todos sus esfuerzos dejaron marca al convertirse en la destacada compañía de chocolates más popular del mundo.
